Personas y Circunstancias

Climas peligrosos / Editorial No.14

Sí, climas. Me refiero en plural porque son dos los climas de los que quiero hablar hoy con ustedes. Los dos, vinculados directamente a la actividad humana. Los dos, con efectos negativos para el planeta.

Por un lado, estamos siendo testigos de la expansión de una guerra en el Medio Oriente, que ya ha cobrado decenas de miles de vidas y que amenaza con devorar nuevos territorios, como un fuego avivado con el aire que sale de insultos y acusaciones mutuas agazapadas bajo banderas religiosas y grandes egos, hacia el resto del mundo. Un mundo que ya vive otros conflictos como en el Este de Europa, o al interior de algunos países de América.

Es el clima de la violencia, que se abre paso agradeciendo la falta de capacidad de diálogo y entendimiento.

El diálogo, tan inherentemente humano, que en algún momento lo hemos puesto como el ejemplo de nuestra presunta superioridad en el mundo animal, y ahora parece ser un requisito incómodo que solo genera bostezos en lugar de acuerdos. Desafortunadamente la guerra, es decir la violencia, también es algo inherentemente humano. Y eso sí, hemos demostrado una y otra vez, que sabemos alcanzarlo muy rápido. Y ahí estamos. Siendo testigos de las decisiones de lideresas y líderes políticos que dicen tener ellos la razón y envían a otros a la muerte como símbolo de la confirmación de sus palabras.

No son los avances científicos ni tecnológicos, ni los discursos religiosos los que nos tienen en este punto de desequilibrio. Es la simple falta de voluntad, el deseo de considerar a la otra persona y detenerse a resolver, lo que sea que haya que resolver, juntos. Voluntad, en su acepción de benevolencia.

No creo ser el único que espera despertar por la mañana y ver un saludo cordial, entre esas tercas personas que hasta ahora se niegan a tomar el camino del diálogo, solo por no querer aparentar debilidad. Cuando la verdadera fortaleza se demuestra ahí, en Jueves 19 de junio de 2025 saber detenerse.

Es un mal clima, ese de la violencia.

Pero hay otro clima también que está muy presente, y que saben, tiene mucho parecido al de la violencia, pues las consecuencias son similares y la forma de resolverlo también. Requiere igual de voluntad y diálogo.

Se trata del calentamiento global, que está ocurriendo aproximadamente 10 veces más rápido que la tasa promedio de calentamiento después de una edad de hielo, y donde el dióxido de carbono de las actividades humanas está aumentando unas 250 veces más rápido que el de las fuentes naturales después de la última Edad de Hielo, de acuerdo a las evidencias científicas recopiladas por expertos en esa materia.

¿Cómo se comparan las guerras con la temperatura que nos espera para el fin de semana?. Bueno, ambas son peligrosas, ambas son consecuencia de nuestras decisiones, y ambas pueden resolverse haciendo las cosas diferente.

A primeras horas de este jueves estará llegando el huracán "Erick" a las costas mexicanas. Tormentas cada vez más frecuentes, más intensas, que llegan más temprano en el año y se van más tarde. Y cuyo comportamiento está siendo afectado por el calentamiento global, es decir por nuestros actos.

Los incendios forestales en nuestra región se han vuelto cada vez más amenazantes, en buena medida por el calentamiento global. Al igual que los problemas, serios, de falta de agua en las cuencas y ríos.

Como ven, las conexiones están ahí, y las soluciones solo podrán alcanzarse cuando dominemos el arte milenario de ponernos de acuerdo, y dejar el orgullo ahí, guardado en una caja.

Buen jueves y nos leemos el próximo lunes.