Personas y Circunstancias

Editorial No. 33 - La desconfianza arisca

La desconfianza arisca

Lake District England

Por: Ricardo Meza Godoy / PyC

Así, arisca, como el refrán popular que dice: "la burra no era arisca, a palos la hicieron". Esa es la manera más sencilla de explicar el porqué la ciudadanía en Baja California, ha construido una percepción sumamente negativa de la autoridad gubernamental en todos los niveles.

Les daré dos ejemplos recientes que resonaron fuertemente a nivel estatal. Son una muestra clara de lo que les estoy hablando. Comencemos por el primero en tiempo, que fue lo ocurrido el pasado fin de semana, cuando el joven emprendedor ensenadense, Moisés Muñiz, quien anunció que cerraría definitivamente su negocio de mariscos "El Compa Moy".

El mensaje de Moisés generó una enorme empatía entre la población no solo de Ensenada, sino de todo México, e incluso más allá de sus fronteras. Habló sin filtros de sus miedos, sus sueños, sus decepciones y su frustración ante una inseguridad que es real y palpable, esa que vivimos todos y no la que viven quienes se encuentran en una burbuja (con guardaespaldas incluidos).

Porque los números con tendencias más o menos a la baja comparados "con el mismo periodo del año pasado", cuando se trata de vidas, son irrelevantes para quien se encuentra expuesto a convertirse en parte de esa estadística "positiva".

Moisés no cuenta con la protección que sí tiene la casta mayor de "funcionarios públicos". Su decisión de cerrar por no sentirse seguro y no confiar en que la autoridad esté resolviendo el tema de cobro de piso, ni la violencia que se ensañó en el sector pesquero, fue aplaudida y respaldada por miles de personas que reaccionaron a sus palabras. Porque esa realidad de Moisés, es desafortunadamente la misma realidad para la mayoría de la población en casi la totalidad del territorio mexicano.

Durante una rueda de prensa que ofreció ayer martes la Fiscal del Estado, María Elena Andrade Ramírez, comentó que se acercaron con el joven ensenadense para ofrecerle protección. Que no tenían antecedentes de denuncias de su parte y que él no tenía intención de interponer denuncia alguna por el momento, aunque iban a insistirle. Si la Fiscal pudiera prestar atención al mensaje de 13 minutos de Moisés, se daría cuenta de que el reclamo no iba específicamente contra una persona, contra un extorsionador. Se trató de un llamado de auxilio ante un riesgo generalizado, de muchos frentes y en muchos niveles.

Brindarle protección a un solo ciudadano no resuelve el problema. Ese es el verdadero problema. Simular seguridad. Por eso Moisés se va. Perdió la confianza.

Por otro lado está el caso del periodista agredido ayer por la mañana, Jorge Heras, quien fue golpeado por dos sujetos al ingresar a su lugar de trabajo poco antes de las 8 de la mañana, en la ciudad de Mexicali. Al ser una figura popular, reconocida entre la población, el caso de Heras tuvo reacciones rápidas por parte de cuanta autoridad se le ocurra nombrar. Desplegados del Congreso del Estado, de la alcaldesa de Mexicali, de la gobernadora, de la comisión de derechos humanos, etcétera. Todos asegurando estar indignados por la golpiza que recibió.

Heras fue abordado por algunos de sus compañeros momentos después de que interpuso su denuncia ante la FGE la mañana del martes. Comentó que le ofrecieron integrarlo al mecanismo estatal de protección a periodistas, y al federal, pero se negó. Heras comentó que no confía en dichos programas, que no sirven. Un mecanismo del que hace poco más de una semana, la representante del gremio periodístico en Mexicali que formaba parte de él, Dianeth Pérez Arreola, decidió renunciar. Dianeth comentó "No puedo ser parte de un organismo coordinado por la Secretaría General de Gobierno, mientras desde esa misma dependencia se inician acciones que se traducen como intentos de intimidación y censura hacia la prensa". Desconfianza total.

"La burra no era arisca" dice el dicho. Las innumerables malas experiencias provocadas por una atención inadecuada a los problemas que aquejan a la población, llevan a la población a la desconfianza, al descontento, al hartazgo y al rechazo. Y en ese último punto se encuentra la realidad bajacaliforniana en materia de seguridad. Aunque la Fiscal se autocalifique con un 10.

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