La sombra jornalera y Cesar Chavez
23 de Abril de 2025
Por: Ricardo Meza Godoy / @ricardomezag.bsky.social
Solo cuando interactuamos con una realidad nos damos cuenta de su existencia. No basta estar cerca de ella. Se requiere un diálogo. Y una de esas interacciones, que me abrieron los ojos y me hicieron entender una parte de la compleja relación entre México y Estados Unidos, fue para mí, aprender sobre el legado que dejó el movimiento impulsado por Cesario Estrada Chavez.
Hoy que se cumplen 32 años de su fallecimiento, aprovecharé para contarles un poco sobre algunas cosas que aprendí de un sector laboral que los gobiernos, tanto en Estados Unidos como en México, siempre han mantenido en segundo plano. Lo esconden bajo las industrias manufactureras, la aeronáutica, la informática, o la milicia. A pesar de ser probablemente el más esencial. El de los jornaleros agrícolas.
No es casualidad que la huella de Cesar Chavez haya calado tan profundo en Arizona o California. Pese a todas las polémicas en torno a su figura y temperamento, el hecho de que haya prestado atención y organizado a los trabajadores del campo, defendido sus derechos, y mejorado sus condiciones laborales, aseguró su posición.
Tampoco existe alguien en el espectro político, en ninguno de estos dos países, que se atreva a desestimar el enorme valor de la mano de obra mexicana-migrante como base para el funcionamiento de la industria alimentaria de Estados Unidos.
El nombre de Cesar Chavez está en plazas, en calles, en reconocimientos, hasta en un asteroide. Pero es en esos personajes anónimos, bajo el que descansa su legado, en donde debemos poner nuestra atención, en las jonaleras y jornaleros.
La United Farm Workers (UFW), cofundada por Chavez, Dolores Huerta y Gilbert Padilla en 1962, aún tiene presencia en Estados Unidos, y se mantiene como la unión de trabajadores agrícolas más grande de ese país. Además de haber persistido a lo largo de décadas, la UFW tiene ahora un peso político relevante. Esto es, que los jornaleros tienen voz.
Sus ramificaciones incluso hicieron eco en el levantamiento jornalero aquí en Baja California en el año 2015, que obligó a sentarse a dialogar, a todas las autoridades de gobierno (federales, estatales y municipales) con diversos líderes de trabajadores del campo, quienes exigían mejores condiciones laborales, de seguridad, salud y salarios. Una manifestación que desde el blog de plex seguimos puntualmente. Incluyendo algunas de sus partes negativas.
Ese alzamiento, que hasta la fecha ha sido el movimiento más importante de trabajadores agrícolas en la historia reciente de Baja California, provocó una sacudida en la industria de exportación de alimentos y dejó claro que cuando una jornalera jornalero planta el pie, nos quedamos sin comida.
Alrededor del año 2005 siendo reportero, durante algunas charlas en el Valle Imperial, en California, descubrí que durante ciertos períodos del año, desde México, cientos de personas cruzaban por unas pocas semanas la frontera, para trabajar en los campos agrícolas de ese estado, o hasta Washington, Arizona, o Nuevo Mexico. Había quien brincaba el cerco fronterizo de manera habitual, conocían formas y rutas; otras lo hacían por las vías formales, pero en ambos casos con el mismo objetivo, trabajar durante las temporadas de recolección.
La paga era buena y en dólares particularmente desde la perspectiva mexicana, pues ante las diferencias de las economías entre los dos países, trabajar como jornalero en Estados Unidos generaba más dinero para una persona, que trabajando como profesionista en el lado mexicano. Llegué a entrevistarme con burócratas jubilados, profesoras de primaria, e ingenieros civiles, quienes aprovechaban el tiempo de vacaciones para buscar ingresos extra.
Pongamos en perspectiva. California es el principal productor agrícola de Estados Unidos. Más de una tercera parte de los vegetales que se consumen en ese país y más de tres cuartas partes de las frutas y nueces que se sirven en las mesas de los estadounidenses son cultivadas en California. De acuerdo al departamento de alimento y agricultura de California en 2023 sus granjas y ranchos obtuvieron ingresos por $59.4 billones de dólares. Pese a no ser la principal industria de California, sí resulta esencial.
De acuerdo a cifras como las que recolecta la ONG Farmworker Justice, de fuentes oficiales, el último censo de agricultura reportó que hay un estimado de 2.4 millones de trabajadores del campo en todo el país, de los cuales el 68% son nacidos fuera de Estados Unidos, con una abrumadora mayoría de mexicanos. Se estima que cerca del 44% de los trabajadores del campo son migrantes indocumentados quienes no cuentan con autorización, e incluso podría ser mayor considerando que muchas personas optan por no dar a conocer su estatus legal real durante las encuestas.
Si el nuevo gobierno de Donald Trump, enfocado en anunciar su intención de expulsar masivamente a indocumentados, realmente se decidiera por hacerlo, literalmente millones de jornaleros dejarían de trabajar en sus campos, se quedarían básicamente sin fuerza laboral, poniendo en riesgo a su industria alimentaria, la más importante la de California, la mano de obra se encarecería, incontables cultivos se perderían, y aumentarían los precios de los alimentos en todo el país, aquellos que se pudieran colectar.
No solo es esto inviable estratégicamente para Estados Unidos, sino que deja entrever que al jornalero se hace como si no existiese. Trabajan con sueldos muy bajos para los gastos de vida de ese país, y en condiciones injustas por su estatus ilegal. Pero siempre necesarios, ahí detrás, escondidos, parte de, necesarios, como una sombra.
Conocer de cerca las condiciones de mujeres y hombres del campo, en tareas altamente demandantes física y mentalmente, es reconocer que el valor de ciertos trabajos no puede medirse con números, sino con su impacto real en nuestras vidas. De ahí el honor a la memoria, guste a unos y no a otros, del legado de Cesar Chavez. Y creo que aquí dejo de escribir por el momento.
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