Personas y Circunstancias

Las mieles de la censura - Editorial No.25

Por: Ricardo Meza Godoy / PyC

Había un espacio en Mexicali al que siempre me gustaba ir cuando era estudiante, y también después, cuando trabajaba como jornalero de las letras. Además de que era un refugio momentáneo del ligeramente intenso calor de verano, tenía la peculiaridad de ser uno de los pocos lugares, de venta de libros, en donde podías leer directamente de los estantes, sin necesidad de comprarlos. El entonces famoso (no se ahora) Sanborns del Centro Cívico.

Cada oportunidad que tenía, visitaba la sección de revistas y libros. A pesar de que pudiera pensarse como contraproducente el permitir leer los libros a los visitantes, sin obligarlos a comprarlos, la realidad es lo opuesto, de hecho era cliente frecuente y siempre terminaba llevándome algo, porque vaya, ¿cómo puedes comprar un libro que no has al menos leído un poco?.

El asunto es que en una ocasión hurgando entre la sección de novelas, me topé con un libro que decía "Las 120 Jornadas de Sodoma", del Marqués de Sade. Oh el famoso Marqués de Sade, pensé, nunca he leído nada de él, vamos a echar un ojo.. y ¡oh! bueno, no es como para platicarlo en esta editorial pero entendí en un par de minutos el porqué ha sido tan famoso, particularmente en el mundo de las novelas libertinas.

Marqués de Sade

Sí, Sade fue censurado y perseguido por sus escandalosas publicaciones. Sus libros, entraron al índice de libros prohibidos por la Iglesia Católica. Aunque muchos años después, ahí estaba, en descuento en los estantes de la librería en una ciudad distante.

En el año 1922, la editorial G.P. Putnam's Sons, publicó un libro titulado "Nonsenseorship". Se trata de una antología de prosa y verso corto en la que participan distintos escritores quienes critican el ambiente de la censura en el Estados Unidos de la era de la Prohibición.

En sus primeras páginas presenta una ilustración de un hombre (George S. Chappell) con un apuntador en mano señalando 5 fases en la evolución de la censura.

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Evolución: I Cuando Adán se sentó con la bella Eva Y la cortejó por primera vez, Había una prohibición, si creemos Nuestro Génesis, sobre la fruta. Pero, ¿hizo dudar al viejo Adán, Esta única ley que existía?

X Y entonces el gran Moisés, en la cima Del Sinaí, ideó Sus tablas, actuando con la mejor intención, (Aunque algunos pensaran lo contrario). Al menos mostró contención, pues entonces Los pecados del hombre se limitaron a Diez.

C En días posteriores los Romanos orgullosos Su famoso Código iniciaron. Y muchas cosas no estaban permitidas Por el justo Justiniano. Él escribió una lista, estupendamente larga; "Cien Maneras de Equivocarse."

M Napoleón, (ver el libro de Wells) Mejoró el plan Romano Al detectar un potencial ladrón En cada prójimo. Y por miles iban A la cárcel, hasta que se probaba su inocencia.

MDCCCCXXII Ahora, con el cambio completo Desde que Adán dejó de existir, Se nos insta a comer manzanas Y todo lo demás es tabú. Un millón de leyes nos tienen atados, ¡Y con serenidad las rompemos todas!

Así inicia una interesante crítica a los efectos de la Prohibición, de los intentos de censurar comportamientos, del buscar controlar libertades de elección.

Pero una y otra vez, la humanidad resiste la censura. Una censura que incluso lleva a un efecto contrario, provocando más interés por lo censurado. La Prohibición en Estados Unidos en esas fechas no fue exclusivamente al consumo de alcohol, el libro también aborda los primeros indicios de lo que sería después el denominado Código de Producción Cinematográfica. También prohibiciones en la radio, la política, los deportes, o los códigos de vestimenta.

Nada de eso nos es ajeno en el México de la actualidad, donde la censura y castigo está presente de muchas formas. Algunas de ellas más llamativas que otras. Como por ejemplo, la obligada disculpa pública que fue transmitida por Internet, que tuvo que hacer Carlos Velázquez de León tras 'insultar' al Senador Gerardo Ferńandez Noroña en instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Noroña publicó el video en su página de facebook, donde se le ve hinchado de felicidad frente a una humillante escena.

O la disculpa a la que se vio obligada a emitir durante 30 días Karla Estrella, tras un 'tuit' dirigido a una diputada. Esta última sanción incluso criticada por la propia presidenta de México Claudia Sheinbaum quien dijo: "es un exceso. El poder es humildad no es soberbia. Entonces no está bien esta exigencia de que por 30 días te disculpes", aunque siguió respaldando que hubiese una disculpa pública al menos una vez.

Las disculpas públicas por 'insultar' comienzan a verse aquí y allá en todo el país. Pero ¿qué palabras realmente entran dentro de un insulto, o de un abuso hacia los derechos fundamentales de una persona?, ¿los que afectan su forma de vida?, ¿los que afectan su seguridad?, ¿los que afectan sus derechos humanos?. Sí, esos elementos entran dentro de las evaluaciones de los tribunales al momento de determinar los castigos que estamos viendo ahora.

¿Pero no es un abuso a nuestros derechos humanos también la mentira de un funcionario?, ¿la falta de empatía ante una exigencia válida de atención?. ¿No es una violación a nuestra integridad el desamparo en la búsqueda de justicia?, ¿en la educación de calidad?, ¿o en la atención médica adecuada y oportuna?, ¿esos actos no son abusos?, porque los vemos y documentamos todo el tiempo. Dañan sí, a corto y largo plazo. ¿Qué tan diferentes son de un comentario misógino, sexista, como los que recientemente hizo el futbolista Javier Hernández "Chicharito"? y que incendiaron las redes, que no se incendian con peores actos que ocurren diariamente en cada ciudad. ¿Cuál es el rasero para lo justo?.

La censura es una línea muy delgada entre la opresión y la libertad de las personas. Atentar contra las voces, contra la crítica y opiniones diversas (equivocadas, acertadas, confusas u odiosas), difícilmente resolverá los comportamientos. No lo ha hecho en toda la historia de la humanidad. Pero es una enorme y embriagadora tentación para aquellos con PODER, y esa embriaguez, es de la que hablaba y criticaba Sade.

Los límites de la libertad de expresión están en la posibilidad de mantener el diálogo. Sin diálogo, los pensamientos radicales tienen cancha libre, y el espacio entre las posibilidades de entenderse, se vuelve cada vez más grande.

No obstante, el diálogo debe ser empatado con los hechos, las palabras están conectadas con las acciones. Y no siempre hablar bonito es sinónimo de realizar buenas acciones. Vaya, hasta los villanos en los libros tienen formas refinadas de expresarse, sin dejar de ser villanos. Y villanos fuera de los libros, que se expresan amigablemente, también, hay muchos.

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