No info --- / Editorial No.29
La principal fortaleza de una democracia es la participación de la ciudadanía (informada) en la toma de decisiones. La principal debilidad de una democracia es la participación de la ciudadanía (desinformada) en la toma de decisiones.
Tener acceso a información valiosa antes que nadie, ofrece una ventaja, y es a su vez muy tentadora para aquellas personas que desean mantener una posición de privilegio. De ahí que la censura y el desconocimiento, se vuelven una herramienta de control. Al tiempo que la transparencia y el acceso a la información, representan una amenaza para aquellas personas que gozan de ese beneficio en todo el espectro ( político, económico y hasta espiritual).
Y al hablar de información valiosa me refiero a información de interés general, de utilidad, que permite comprender nuestro entorno y nos da más elementos para tomar decisiones en aspectos que tienen influencia en nuestras vidas.
Hagan un repaso mental por algunos de los momentos más importantes de nuestra vida pública, de aquellas cosas que nos afectan en menor o mayor medida, y se darán cuenta cómo la desinformación juega un rol central en muchos de ellos. Cada problema que enfrentan las ciudades en Baja California, está acompañado de un grado de secrecía.
Si hablamos de violencia e inseguridad, no podía ser más turbio. A los responsables de múltiples homicidios de alto y bajo perfil, no los pueden encontrar y la excusa es simplemente que se está investigando. Las autoridades de seguridad pública están blindadas con el pretexto de no informar para no entorpecer sus investigaciones.
En materia económica, si analizamos las relaciones internacionales como las que tenemos con nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, no tenemos ni idea de cuáles son los términos o acuerdos que se están discutiendo entre ambos países. Y no es solo por la incertidumbre de las políticas del presidente Donald Trump, sino por lo poco que se nos dice desde nuestro gobierno.
Si nos brincamos a la economía regional, encontramos que la inseguridad, la extorsión, las carencias en materia de energía, agua y tránsito de mercancías tiene a un sector del empresariado en la misma situación, no hay claridad para dónde y no se da información suficiente, una queja recurrente.
Aunque de pronto, la claridad llega en forma de proyectos, como el ya muy nombrado proyecto de ampliación del Puerto del Sauzal, en el que sin duda hay quienes tienen información muy adelantada, como las grandes empresas que estarían invirtiendo en el lugar, ¿cuáles son las empresas de contenedores que estarían participando?, ¿o están haciendo un megapuerto para luego ir a preguntar quién quiere involucrarse?, es probable que el gobierno federal ya habló con algunos, pero aquí sabemos nada y nada.
Está por otro lado el proyecto de Ciudad Jatay, con grandes promesas de desarrollo y cuyos detalles de su funcionamiento y operatividad, usted y yo desconocemos. O qué tal el proyecto de colocar casetas de cobro sobre el Bulevar 2000 en Tijuana, ¿fue un proceso transparente?.
Podemos abordar una larga lista de problemas sociales y todos coinciden en lo mismo, la información no llega a los sectores que debería en el momento que debería. A pesar, de contar con tecnologías que lo permiten, el problema no es precisamente técnico, es de voluntad. Y la voluntad de transparentar las decisiones de interés público no ha sido en los gobiernos del pasado una prioridad, y no, tampoco en los actuales. Los intereses, particularmente económicos se imponen a los de hacer valer los derechos por una rendición de cuentas, que forma parte de la denominada 'Justicia Social'.
Recientemente la diputada local de Morena, Michel Sánchez, propuso incorporar en los cabildos de Baja California el mecanismo de Cabildo Abierto, con la idea de implementar una estructura clara para el diálogo entre la ciudadanía y las y los representantes de los Ayuntamientos. Sí, es una idea estupenda, luego de que por ejemplo en Ensenada se le retiró esa posibilidad a la ciudadanía con las sesiones de Cabildo virtuales, que no dan espacio a las expresiones ciudadanas. No obstante, me parece que ese diálogo debe ir acompañado de una garantía de acceso adecuado a la información pública, si no, solo serán charlas amenas con poca posibilidad de trascendencia, porque no se puede actuar desde el desconocimiento... ¿o sí?.